Me complace saludarlos
2 comentariosLas puertitas del Sr. López
¿P-puedo p-pasar al toilette?…
¿Cuál es el verdadero paradero del Sr. López en esos escapes aparentemente ilusorios? ¿De qué manera se presenta el tiempo en dichas circunstancias? Nada de lo que se pueda contestar terminaría siendo una verdad irrefutable, pero lo que si es posible determinar es que no es seguro que los viajes que realiza sean definitivamente ilusorios, y además hay muchos indicios que denotan una discrepancia entre el tiempo que experimenta el protagonista en sus “viajes” y el tiempo que transcurre del otro lado de la puerta del toilette. Estas dos preguntas creo que son fundamentales, ya que la idea de lo que se quiere transmitir varía diametralmente dependiendo de cómo se considere el movimiento del tiempo y la veracidad del espacio donde transcurren los hechos. Por ejemplo, si tomáramos como reales los escenarios donde aparece el Sr. López al atravesar una puerta, indefectiblemente habría que reconsiderar la noción de realidad. A la vez, si consideramos que estos pasajes no son meras alucinaciones, también deberíamos replantearnos la naturaleza misma del personaje, cuál es el papel que juega dentro de esos mundos y por qué su personalidad es tan sumisa dependiendo de donde se encuentre.
En fin, esas son algunas de las muchísimas interrogantes que se formulan cuando uno lee la obra de la famosa dupla Trillo/Altuna. Obra que para nosotros mismos funciona como aquella simple pregunta que López suele hacer de muchas maneras “¿El toilette?”, un pasaporte hacia múltiples mundos donde se exponen las miserias del ser humano y donde no queda lugar a duda su nivel de responsabilidad.
En mi humilde opinión, “Las puertitas del señor López” es una refinada lectura del comportamiento de los grupos humanos. Una obra que no pierde vigencia con el pasar de los años y que debe, necesariamente, ser asimilada con mucho detenimiento.